Madre, Arquitecta y Roller Derby Player
QUÉ HACER CON TU VIDA
“No sabía lo que era arquitectura. Yo decía ‘qué voy estudiar, ¿ingeniera o arte?’, pero no quería las dos cosas por separado. Y dije ‘¿qué tal si estudio arquitectura?’”.
“Quedo embarazada, mientras estoy en maestría... Me acuerdo que leí como 40 libros, fue bien interesante porque yo nunca había leído tanto, pero como escogí un tema que me gustó mucho, me juquié y me sorprendió la capacidad que tuve para hacerlo”.
CON DIPLOMA Y SIN TRABAJO
“Después de ahí, me quedé un tiempo sin trabajo y se me hizo bien difícil conseguir, porque no hay mucho trabajo para un arquitecto y en paga, no se nos valora muy bien”.
“Como a mí me encanta el 'baking', me encanta hacer bizcochos, empecé a hacer los cupcakes de mi nena para un cumpleaños. Empecé a hacer cupcakes diseñados por mí y en verdad me fue súper bien. Abrí mi negocio que se llamaba Bake Studio. Conseguimos un espacio en la Winston Churchill y, antes de firmar el contrato me dio algo –porque me encanta el ’baking’, pero no estaba haciendo arquitectura y tendría que dedicarle a esto más de cinco años. O sea que en cinco años, no iba a poder solicitar en una oficina; tendría que dedicarme a esto, punto y se acabó. Así que me dije: ‘quiero ser arquitecta’”.
DIRECTO AL FIELD
“Después de eso, me conseguí un trabajo vendiendo terminaciones de piso. Luego, conseguí como Project Manager y mi primer trabajo en el field de contratista en un mundo de hombres. Me acuerdo cuando me metí a esa primera reunión del proyecto. Eran como 30 hombres y estaban jóvenes —como de treinta y pico—, hasta viejos de 60 años que llevaban mucho trabajando en construcción y yo, la única mujer”.
“Me iba a caminar por el proyecto y el hostigamiento era ridículo, pero a mí no me la montan. Me acuerdo que me decían: ‘Estoy muy impresionado con la manera en que actúas con tus empleados’. No entiendo por qué tanta impresión, ¿porque soy una mujer?”.
JUQUIÁ CON EL ROLLER DERBY
“Había visto la película Whip It… yo creo que esa es la inspiración de muchas. Después que vi esa película, caí sentada en la cama y decía: ‘pero eso es en Estados Unidos y aquí en Puerto Rico no hay’, que bad trip”.
“Pasó un año y una amiga mía subió una foto de Roller Derby. Primero pensé que estaba haciendo un artículo, pero después vi otra foto de ella, y rápido le escribí. Me dijo el día que había práctica, fui, alquilé unos patines y me fui a practicar. Me dijeron que era súper buena. Fue como amor a primera vista”.
MARCANDO TERRITORIO
“El primer struggle antes de conseguir muchachas eran las canchas. Hemos hablado con Recreación y Deportes, hemos enviados cartas a alcaldes, todo y nadie nos quiere escuchar”.
“Una vez estábamos practicando en una cancha y llegó un corillo diciendo: ‘esta es la hora que siempre llegamos a jugar’. Se metieron y literalmente empezaron a jugar con nosotras en el medio. Pero los dos estamos haciendo deportes. Esto no dice que esto no es para ninguno de los dos”.
“Nadie nos hace caso. Es como que ven unas nenas patinando ahí y dándose cantazos; es el estigma. Pero no importa lo que tú tengas, eso no determina si eres mejor o si eres apto. En Roller Derby hay de todo: hay abogadas, maestras, la que está estudiando medicina, y por eso es un deporte tan bonito”.